Las claves del anuncio de Scott Bessent y su impacto en el mercado

La situación política y financiera en Argentina estaba realmente crítica. El dólar se disparaba, la venta de reservas se volvía una urgencia para contener su avance, y la incertidumbre sobre un posible default estaba resurgiendo. Todo esto pintaba un panorama sombrío, indicando que estábamos cerca de un final de ciclo, al menos en términos del esquema monetario actual.

Sin embargo, justo antes de la apertura de los mercados el lunes, llegó un alivio necesario. Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, envió un mensaje contundente. En su cuenta de X, aseguró que el Tesoro está dispuesto a hacer lo que sea necesario para apoyar a Argentina. Mencionó que todas las opciones están sobre la mesa para estabilizar nuestra economía, lo que podría incluir desde la compra de deuda pública en dólares hasta acuerdos de intercambio de monedas para inyectar dólares en el sistema.

Este apoyo llegó en un momento clave, justo cuando se anunciaba una inesperada reducción de retenciones a los granos, que luego se extendió a las carnes, válida hasta el 31 de octubre o hasta alcanzar siete mil millones de dólares. Esta medida evidenció que, en realidad, el Banco Central no iba a “vender hasta el último dólar” para defender el tipo de cambio, como había afirmado el ministro Luis Caputo.

Reacciones del mercado

El mercado reaccionó con euforia inmediata. El dólar spot se deslizó un 4,5%, ubicándose en $1.408, lo que eliminó las subas de semanas anteriores. Este descenso permitió que el tipo de cambio quedara por debajo de la banda superior, evitando así la intervención del Banco Central. En las entidades bancarias, el dólar minorista cayó 5,6%, mientras que las cotizaciones de Dólar Contado con Liquidación (CCL) y Dólar MEP se desplomaron, terminando en torno a $1.427.

En la Bolsa, los inversores encontraron un poco de respiro. Los bonos soberanos se recuperaron, subiendo entre 14% y 18%, y el riesgo país se desplomó un 25,6%. La posibilidad de financiamiento por parte de Estados Unidos empezó a dar confianza al mercado, especialmente con los vencimientos de enero acercándose.

Los activos en pesos también se beneficiaron. Los bonos a tasa fija y ajustados por CER subieron significativamente, con rendimientos en torno al 23,4%. Las LECAPs también ajustaron su tasa de rendimiento, destacando una mejora en el ambiente general.

Por otro lado, el S&P Merval también se sumó al optimismo, aumentando un 17% y reduciendo las pérdidas acumuladas de septiembre, pasando de un 26,7% de retroceso a un 10,8%.

La situación cambiaria

La reunión entre Javier Milei y Donald Trump se aproxima, y la ayuda de Estados Unidos no solo despeja momentáneamente el panorama cambiario, sino que da un respiro a los activos financieros. Con el respaldo del Tesoro norteamericano, el mercado interpreta que, al menos por ahora, los temores de un default se están alejando.

Sin embargo, ganar tiempo no significa que los problemas hayan desaparecido. Expertos como Rafael Di Giorno señalaron que el respaldo de Estados Unidos fue crucial para detener la corrida cambiaria. Aun así, la economía necesita ajustes y un nuevo equilibrio.

Con miras a octubre, el programa económico está bajo presión. La dinámica fiscal, ahora más apretada tras la reducción de retenciones y la necesidad de mantener un superávit, marcarán el rumbo en los próximos días. Además, la medida acerca de las retenciones solo anticipa dólares que llegarían en el futuro, sin generar nuevos recursos.

Aunque la señal de Bessent alivió la situación, los desafíos estructurales siguen presentes. A medida que se espere la llegada de octubre, la volatilidad seguirá siendo la norma, y todos estarán pendientes de nuevas decisiones políticas que puedan ofrecer mayor previsibilidad.

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